Guardianes

Hola desde hace mucho que no escribia historias, asi que he estado pensando en una desde hace tiemo y quiero compartirselas, esto solo es una prueba, espero les guste.

En los tiempos conocidos de pridelands, reinaba Simba hijo de Mufasa, esposo de Nala, padre de Kion y Kiara, la paz reinaba, y los animales de las praderas vivían en paz. Un reino no solamente conocido por su armonía y paz, si no que también era conocido por su paradero al ser el reino más grande de Africa.
Fuera de ella, los outlanders hablaban mucho en como invadir momentáneamente el reino para robar comida, hacerlo de noche era la mejor opción ya que los animales dormían y el rey descansaba en conjunto con su manada. La guardia del león normalmente no estaba presente, pero siempre… siempre estaba atenta.
Panteras negras, tigres, leopardos, hienas y más animales rondaban siempre alrededor de pridelands, varios días habían pasado donde el rey Simba no descansaba en conjunto con su hijo ya que él junto a la guardia del león cuidaban el reino en sus conocidas entradas, norte y sur.
Cansados de esto, Nala le sugirió a Simba hablar con los distintos reinos que se encontraban más allá de las lejanías, reinos de los cuales pridelands estaba muy presente hace muchos años, había muchos de estos donde pridelands estaba unidos a ellos como reinos hermanos y acuerdos de paz mutua.
-Que cansado estoy… día tras día, noche tras noche y esto sigue. – Dijo Simba recostándose al lado de Nala.
-Sé lo cansado que está, esto ya lleva un gran tiempo sucediendo, además no estás solo Kion y la guardia te están ayudando, y nosotras también -Dijo Nala refiriéndose a la manada.
-No sé me ocurre nada más por hacer, los animales del reino no pueden vivir así… mucho menos notros.
-He estado pensando… pero creo que es una ide muy descabellada.
-A que te refieres? Puedes decirme, nada puede ser peor a esto.
-Recuerdas las historias? Fuera de pridelands hay más reinos, muchos de ellos desde hace mucho han estado en armonía con nosotros, otros son reinos hermanos, creo que deberíamos hablar con ellos o al menos con el más cercano y explicarles la situación. Si nos pueden ayudar a que la paz reine evitando que los depredadores entren podría ser de gran ayuda… sinceramente sé que es una locura, llevamos años sin saber de ellos, y no sé si esta hermandad sigue en píe.
-Pero no es nada descabellado, no nos queda otra opción si no que intentar. -Dijo Simba mirándola a los ojos. Recuerdo bien de uno el cual mi padre me habló, quedaba un poco más allá de jungla, iré al despertar, mientras tanto, Kion, Kiara y tu quédense.
-Irás solo?
-Necesito que se queden y ayuden lo más que puedan, distribuirnos en las entradas del reino es lo que nos ha ayudado a mantener de a poco la paz en el reino.
-No me agrada mucho la idea de que viajes solo Simba. -Dijo ella acariciándose con su amado. ¿Si algo te pasa como podré ayudarte?
-Sé que es difícil para nosotros todo esto, pero necesito que sean fuertes, además confío en que si algo me llegara a pasar, Kiara reinará y mantendrá la paz. Sé fuerte… prometo que todo saldrá bien.
Luego de esta conversación Simba comunicó a su manada de su viaje, explicando que su viaje era muy peligroso, pero al mismo tiempo, podría ser la mejor opción que tenían al menos por el momento. La manada comprensiva entendía lo duro de la situación, rogaban a los dioses del pasado que nada le pasara a su rey, sería una desgracia no solo para el reino, si no que también para su familia y allegados. Kion y Kiara esa noche se mantuvieron muy unidos a su padre, no sabían que iba a pasar luego de esa noche, pero al mismo tiempo entendían su posición como futura reina y cuidador de las praderas.
En la mañana siguiente Simba al despertarse conversaba con sus dos hijos al lado de su reina, nada quería más que todo este problema se solucionara, pues para él, el trabajo de un rey no solo era dar ordenes y mantener la paz, era tomar riesgos para mantener el orden, así como su padre lo hizo hace bastante.
-Lamento mucho preocuparlos pero les prometo que todo saldrá bien. -Dijo Simba firme mirando a todos.
-No te preocupes papá sé que es necesario. -Anunció Kion. Además recuerda que la guardia del león estará aquí siempre para proteger el reino.
-Y no te olvides de su reina obviamente, mantendré la paz y el orden y hacer que el ciclo de la vida siga sin importar nada.
-Que orgulloso estoy de ustedes, volveré lo más pronto posible. -Dijo Simba acariciándolos.
-Cuídate mucho Simba oraré mucho a los dioses del pasado que no te abandonen. -Dijo Nala acariciándose con él.
-Te amo, y por favor, no te mantengas despiertas todas las noches. Te conozco bien y sé que no dormirás pensando si estoy bien.
-Lo haré no te preocupes. -Dijo ella manteniendo su ronroneo y caricias hacia su amado.
-Puag… oigan hay menores al frente de ustedes. -Dijo Kion un poco asqueado.
Al escuchar a Kion, Simba carcajea y luego lo acaricia despidiéndose de todos al mismo tiempo. Al levantarse decidido dio pasos firmes y gigantes llenos de valor y orgullo como rey, el viento lo acompañaba y como era de esperarse su padre que arriba lo veía, lo acariciaba suavemente.
Capitulo II
El protector
Simba se aventuraba dentro de las basta jungla, el lodo, la humedad y los persistentes insectos que lo rodeaban estaban ocasionando cierta molestia en Simba, a pesar de que fue criado en una, esta era distinta, mucho basta, más densa y peligrosa. Simba no sabía donde buscar en especifico lo único que tenía en mente era seguir adelante y rogar por encontrar alguna señal.
En un momento, Simba se detuvo ya que estuvo casi todo el día buscando de algo o alguien, su hambre aumentaba cada momento que pasaba, su estómago rugía y molestaba, tanto así que no lo dejaba ni pensar.
-No sé sinceramente como pueden vivir aquí, no me queda de otra si no que comer insectos, gracias al cielo… me gustan. – Dijo él destrozando un tronco viejo donde se encontraban muchos insectos en particular.
Un insecto de esos que estaban pegados al tronco, de color rojo llamativo, llamó la atención de Simba, nunca lo había probado ni visto antes, por lo cual decidido lo tomó y lo inspeccionó antes de probarlo, no parecía ser venenoso, ni peligroso.
-Hummm, que extraño, no tenemos de estos en pridelands, lo probaré… -Dijo Simba dándole un mordisco.
Al probarlo se dio cuenta que su boca estaba ardiendo, al parecer había probado un insecto que tenía gusto a picante. En ese momento su cara se volvió roja y con la lengua afuera salió corriendo en busca de algo de agua.
Entre las lianas que se encontraban en la jungla, y la densa humedad poco veía, pero pudo adentrarse más al fondo de la jungla para encontrar un poco de agua. Decidido al ver el lago corrió a él con lianas alrededor de su cuerpo, al acercarse al lago, una roca resbalosa hizo que cayera en el lago sin darse cuenta. Al estar sumergido se dio cuenta que las líneas que tenía en su cuerpo no lo dejaban subir, era un lago muy profundo pero muy limpio, una trampa mortal para cualquiera.
Simba luchaba ferozmente por quitarse las líneas, pero entre la desesperación de querer salir, su boca que ardía, y las líneas enredadas acabó por desmayarse dentro del lago. Su conciencia aun despierta le decía así mismo que siguiera luchando, lo mantenía despierto, escuchaba pero sus ojos cerrados no lo permitía ver nada. En un momento escucho un fuerte chapuzón, como si una roca la hubiesen lanzado al lago, al abrir sus ojos con la poca fuerza, pudo ver una silueta en forma de león acercándose a él, al ver detenidamente, pudo ver algo borroso a su padre o al menos a un león muy parecido a su padre. Luego de eso perdió la conciencia.

Espero regreses para darle seguimiento a tu Fan-Fic.



¡Saludos!
ATTE:
Siara.