Un lugar llamado hogar [FanFicción]

Un lugar llamado hogar es un fan-ficción creado por mí que se remonta en El Reinado de Simba y que empieza con el cruel plan por parte de las forasteras para así derrotar a Simba y quedarse con el trono. Esta historia tiene participación el personaje no oficial de TLK, Beba, y una pequeña leona grisacea de la que pronto tendrán información.

Prólogo


Desde que Simba retomó su poder como rey y las tierras, en ese momento oscuras, retornaron a su habitual claridad, la paz en Prideland regresó, y el número de crías aumentó considerablemente, pues las leonas comían más y los machos que solían acercarse a aquel reino embarazaban a más de unas, aunque pocos se hacían cargo de sus cachorros, dejándolos junto a sus madres. Simba, por esa razón, decidió impedir que forasteros con malas intenciones se acercaran a Prideland.

Al cabo de unas semanas, Simba se armó de valor para confesar sus sentimientos a la amada y pedirle matrimonio. Nala parecía desconcertada y aturdida, pero pronto esbozó una sonrisa y besó al monarca en los labios, sellando su amor y aceptando con un dulce silencio su proposición. Ambos decidieron casarse cuando el viejo babuino, Rafiki, se recuperara de las heridas provocadas por Scar. Sus arañazos, poco a poco cicatrizaron, pero la del corazón aún faltaba. Los insultos y amenazas de Scar lograron cambiar su parecer; se mostraba dubitativo cada vez que las leonas se enfrentaban a una presa grande y le pedían consejos. Y él, guiado por su miedo, solía responder que cada uno es libre de escoger lo que quiere hacer, pero que “querer” no es sólo desear cumplir un próposito, sino también cargar con lo que te va a acontecer. Si estás de acuerdo con todo, entonces si lo quieres, pero es más probable que cazar una presa de gran tamaño no sea lo que busques, pues puede matarte aplastándote con sus patas o golpeándote con sus cuernos o cabeza.

Finalmente, llegó el día en que el que los monarcas contraerían matrimonio. Los animales festejaron el acto de mil maneras distintas; los elefantes expulsaron el aire por sus trompas, similando el sonido de trompetas; las cabras saltaban con excitación por La Roca del Rey y ya encima de ella, alrededor de los nuevos monarcas. Entre ese ambiente tan agitado y alegre, todos ellos entonaron una canción, conocida por todos:

Hakuna Matata,
vive y se feliz.
Ningún problemas,
debe hacerte sufiri
Lo más fácil es saber decir...

En el estribillo, sólo cantaron los loros:

¡HAKUNA MATATA!

Y entre una y otra animada canción, pasaron la tarde, mientras que en Las Lejanías unas leonas de aspecto frío y contextura flaca planeaban la forma en que conquistar Prideland. Zira, cuando sus compañeras callaban, observaba su alrededor en silencio. Aún lloraba amargamente la muerte de su esposo Scar, pero le vengaría; asesinaría lo más querido para Simba y algo en su interior le decía que para eso no faltaba demasiado. Por parte de las leonas, se relamían al pensar en que pronto convivirían junto a uno de los más grandes reinos: Prideland. Todas trazaban juntas un plan acorde con los puntos débiles y las ventajas de aquella manada enemiga.

Una cachorra grisacea encontrada esa mañana en un río de Outland, flaca y mustia, buscando comida, les espetó con dureza cuando comenzaron a insultar los miembros pridelanders, con estas palabras:

-Ustedes no tienen derecho para soltar palabras injuriosas a gente noble de corazón.

Se voltearon para mirar a aquella cachorra charlatana y estúpida que acababa de desafiar el espíritu de la manada, sobretodo el de Zira. Se dirigió a ella con expresión maliciosa, esbozando una sonrisa macabra; clavó su cara contra la de ella, y pudo sentir como aquellos ojos rojos anaranjados giraban. Qué extraños y misteriosos ojos, pero irradiaban belleza, cosa que logró acallar a su nueva admiradora. Lo acababa de decidir: Protegería los preciosos luceros de la reina de cualquier peligro y defendería la patria que la había acogido como a sus padres.

-Sí, Zira, menudos miserables.

La leona quería regañarla pero su nuevo carácter la desconcertó y a la vez, la enorgulleció.

-Está bien. Anda, vete, Anne.

Asintió y una pata amiga le acarició el pescuezo. Se giró y para su alegría era Nuka, su único amigo. Ya sabía de donde provenía la hermosura de sus ojos: Zira. Se acababa de enamorar de Nuka, sólo por ese detalle en él, pero le bastaba a la pequeña. Ahora faltaba la parte de seducirle, pero como la trataba muy bien, quizá de más, existía la posibilidad de que él y ella llegasen a un amor, por muy infantil y poco profundo que este fuese.

Hola, gracias por tu comentario, Malka, creí que nadie comentaría. En fin, el siguiente capítulo no va a ser el final de la primera parte, aún queda un poco para eso.

Pronto seguiré, en cuanto sepa como empezar el siguiente capítulo...

Bueno, ¡gracias nuevamente!

Saludos y rugidos.

   Me encanta que se enamorara de Nuka    

Es hermoso como escribes lo leí dos veces por que me encanta como quiere seducirlo o pretende seducirlo. Por favor continua que ya tienes a una lectora que le gusta lo cursi y romántico y más si se trata de los outlanders.

Que hermoso escribes no pude evitar leerlo 2 veces

Debo confesar que me llamo la atención de que Beba aparecerá en tu historia. Ahora me intriga la leona grisacea.

Por favor trae más capítulos por que vas muy bien con loque nos trajiste.

Me encanta como escribes. Todo muy bien narrado. Buen comienzo y lo dejas en la mejor parte.
También estoy ansiosa de que traigas el siguiente capitulo por favor.





 ¡Saludos!
ATTE:
Siara.