Ralph rompe el Internet [Cine y Cortometrajes]

Por: Diana Su22-11-2018    

Wifi Ralph es más emotiva que la cinta original, con fallas y aciertos en su ejecución y una reflexión interesante y muy valiosa alrededor de la amistad.


Sin contar las películas de Pixar Animation Studios, o el extinto Disneytoon Studios, Walt Disney Animation Studios casi no ha desarrollado secuelas de sus animaciones. Las últimas fueron Winnie the Pooh en 2011 y Fantasia 2000. La más reciente es la cinta en cuestión Wifi Ralph y la próxima será Frozen 2.

Las películas del estudio suelen tener un final feliz y una secuela podría estropear el cierre complaciente de la original, el arco dramático de un personaje o, simplemente, pasar desapercibida. En el caso de Wifi Ralph, además de la grandiosa animación, hay un mensaje concreto alrededor de la amistad entre Ralph y Vanellope que sobresale. Ésta es una reflexión que se diferencia de otros aprendizajes de animaciones pasadas del estudio como Moana, Zootopia, Grandes héroes o Frozen. Un mensaje atemporal e imperecedero que merece la pena revisar: los mejores amigos pueden, o más bien suelen, tener sueños y proyecciones de vida completamente distintos y eso no tiene por qué separarlos.

La secuela de Ralph el demoledor gira en torno a esta reflexión y logra ser más emotiva que la primera. La nueva aventura aporta cierto ingenio en la construcción del entorno en el que transcurre su historia, pero recicla algunas ideas de la original. También presenta nuevos personajes, algunos más carismáticos que los de la primera entrega como lo es Shank (cuya voz en inglés pertenece a Gal Gadot), y tiene una de las escenas y crossovers más memorables en toda la historia de Walt Disney Animation Studios.

Han pasado seis años desde el final de Ralph el demoledor. Ralph y Vanellope (que ya no cuenta con la voz de la Chilindrina en el doblaje en español) se reúnen cada noche después de concluir sus actividades en sus respectivos videojuegos, Fix-It Felix Jr. y Sugar Rush, para pasar un rato juntos. Mientras tanto, el negocio del arcade sigue funcionando, con la novedad de que el dueño acaba de conectar una red WIFI junto a los cables de los videojuegos. Ralph es feliz y está cómodo con su rutina, pero Vanellope se siente estancada, pues ya domina todas y cada una de las pistas y atajos que hay en su juego.

Un día, una niña rompe sin querer el volante de la maquinita de Sugar Rush. El dueño del arcade busca comprar un reemplazo en eBay, pero al ver el precio tan alto, las posibilidades de pagarlo y reparar el videojuego se tornan casi nulas. Así que para conseguir el volante, Ralph y Vanellope se embarcan en una aventura hacia un mundo totalmente desconocido para ellos: el Internet. Al igual que en la primera película, la historia empieza a desarrollarse a partir de un problema alrededor del videojuego de Vanellope y Ralph hará lo que sea para ayudar a su amiga.

El mundo del Internet en Wifi Ralph concebido por los directores Phil Johnston y Rich Moore es ingenioso, colorido y dinámico. Moore también estuvo a cargo de crear la ciudad de otra de sus películas, Zootopia, pero esta vez se pierde un poco la atención al detalle y destaca más la saturación. Esta “ciudad”, conocida como Internet, está llena de edificaciones que tienen carteles con nombres de marcas como Google, Snapchat, Amazon o la ficticia BuzzzTube. La gente se transporta a toda velocidad simulando lo que pasa cuando un usuario de internet da click en distintas páginas web y navega de un sitio a otro. Esta representación funciona para recrear la sensación de un entorno abrumador e idílico a la vez, pues no pretende ahondar en el lado “oscuro” del Internet.

La odisea de Ralph y Vanellope inmersos en este desconocido mundo se presta para entregar varios momentos divertidos e interesantes como lo son la representación del buscador de palabras o los anuncios invasivos. En cambio, otros momentos como los videos virales en los que Ralph tiene que participar para conseguir dinero, son ideas flojas, demasiado obvias y muy poco enriquecedoras y creativas.

Contrario a esto, hay un momento en el que Vanellope viaja al sitio web de Oh My Disney y se topa, entre muchos otros personajes de The Walt Disney Company, a las princesas de clásicos animados como Mulán, Bella, La Sirenita, Elsa, Mérida y Tiana. Una maravillosa y elocuente escena que funciona como un meta comentario muy divertido, y que sin duda es de los mejores momentos de la cinta. Durante la promoción de Wifi Ralph se sobreexplotó este encuentro, pero afortunadamente la película no abusa del recurso.

La cinta se nutre con los pequeños momentos de reflexión interna y en conjunto que los protagonistas viven. Por un lado, en Vanellope vemos su deseo y ambición de conocer y probar nuevas experiencias, es decir, salirse de su zona de confort. Por el otro, es muy interesante, aunque no se profundice tanto, el tema de la relación de codependencia de Ralph hacia Vanellope, la inseguridad interna con la que lucha por temor a tener una visión y sueños distintos que podrían alejarlo de su mejor amiga y cómo su miedo se exterioriza.

Wifi Ralph es una sucesora digna de la original, mucho más emotiva, con fallas y aciertos en su ejecución y con una reflexión de amistad sumamente interesante para revisar y valorar.

Por cierto, ¡hay dos escenas después de los créditos muy divertidas!