Conectarse
Últimos temas
Los posteadores más activos del mes
No hay usuarios |
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
The Lion King: Loyalty
3 participantes
Página 1 de 1.
The Lion King: Loyalty
Esto nació cuando el pequeño primo me pidió que le contará una historia sobre Mohatu, pero como no tengo los comic’s a mano preferí inventarme un poco de la historia del personaje. Me agrado tanto las ideas que aportó mi primo como la secuencia que llevaba para crear un capítulo. Iba dejarlo como One-Shot pero me gustó la primicia que aporto el pequeño, cosa que está estipulado en el título.
En la historia, puse que Mohatu no fuera príncipe de Pridelands sino de otro reino el cual por motivos de fuerza mayor él junto con una persona cercana de su familia tuvieron que partir. De ahí ellos empiezan su nueva vida con lealtades a nuevos reinos hasta que Mohatu gobierna el que todos conocemos.
Honestamente espero más que nada poder acabarlo, quiero que la historia sea breve pero no tan corta ni tan larga, quizás unos veinte capítulos o incluso menos.
También espero poder atar todos los cabos sin dejar nada suelto, no me considero escritora ni nada por lo cual puedo cometer mucho este problema. Pero más que nada espero que les guste.
______________________________________________________________________
Miró hacia el sur, pensó que quizás todo el trayecto que hizo no fue más que un error que cometió. Ella tenía que proteger ante todo momento a aquel cachorro ingenuo que ahora jugueteaba con su cola, pero nunca pensó que llegaría a esto. Pasó por el gran Mar del Arenal donde su estadía era tortuosa, movilizándose meramente por la noche para que el sol cegador no les quemara el pelaje; semanas sin comer, de las pocas provisiones tenían que parar a la boca del cachorro; aguantar era lo único que le tocaba. Buscas el agua como si fuese lo único que te importa en la vida, miras como aquel charco tiene que tener suficiente líquido para beber ambos.
Si caí el pequeño, de nada valió tu esfuerzo. Si caí el más grande, todo por lo que pasaste tendría un fin amargo porque sabes que él no se sostendrá sin ti, que actualmente tu vida solo gira entorno a él y a la misión que aceptaste cuando aquel te pidió ser tu acompañante hasta que tu vida ya no fuera útil. Pero algo le brotaba del fondo para que siguiera su camino que acepto aquel día donde todo era de maravilla.
-¿Sigues o te quedas?- Preguntó el joven, mirando al frente con ojos juguetones ante el nuevo entorno que los deparaba –Esto se ve mejor que la arena de allá atrás-
-¿No se supone que estabas jugando con mi cola?-
-Lo estaba, pero cuando no te inmutaste pensé que no era divertido. Lo es cuando me regañas, me persigues y me escondo. Se siente como si estuviera jugando ¿sabes? A veces creo que estoy solo. Nunca me has dicho del por qué tuvimos que huir, y el por qué fuiste tú y no los otros-
-Eres pequeño, tu cabeza no está lo suficientemente desarrollada como para acoplar las cuestiones que te tengo que explicar. Crece, cuando lo hagas me buscas, quizás y te diga. Mientras tanto, calla y sigue órdenes- Contestó severamente, agarrando al pequeño con su hocico, lo movilizaba ella mientras el otro protestaba.
-No es quiera se imprudente pero de los dos aquí, el que más rango tiene soy yo- El pequeño no se enteró que ese comentario fue lo suficientemente amargo como para molestar a su cuidadora, lo notó cuando él sintió el duro golpe del suelo -¿Por qué haces esto?-
Cuando intentó levanta la cabeza se encontró con la brusca pata de ella, quien presionó lo suficientemente fuerte como para que él no la levantará. –Mohatu, lo único que tiene más rango aquí es la Tierra. Ella te proporciona el alimento para que comas, el agua para que bebas. El cobijo viene de ella; es la que dicta si puede vivir o no. Tú solo acatas, asientes, obedeces, si quieres eso que te da. Sino, intenta pelear con ella pero nada obtendrás. Quizás la muerte, pero incluso eso es demasiado grande para alguien como tú- El pequeño aun luchando, dejó de desistir cuando escuchó eso último. –Ante los ojos de la Tierra somos iguales, incluso al de los animales. ¿De qué te sirve un título de nobleza cuando el buitre no distingue entre la carroña real a la carroña de los plebeyos. ¿Ellos dicen: “de esta carne no comeré”? Ni preguntan, porque ellos al igual que nosotros, no le preguntamos a nuestra comida el pasado que tuvieron antes de ser nuestro sustento alimenticio.- Le dejó ir. Mohatu estaba aún consternado, era cierto, él actualmente no era nadie para estas tierras ni para los animales que la habitan, no mandaba, no podía exigirle nada a nadie, ni a su cuidadora. No era rey, porque aquí no gobernada ni una mísera roca. Todo lo que antes tenía posiblemente sea polvo, porque a pesar de que no sabe con certeza que ocurría en aquellas reuniones entre su padre y vasallos, sentía un aire de preocupación de que algo les amenazaba. Y su título de noble solo le valía para decir cuando esté viejo, que él pudo ser el rey de unas tierras que actualmente no sabe su estado ni nada.
Zareb, su cuidadora, estaba a diez metros delante de él alejándose poco a poco. En la carrera la pudo alcanzar pero aún pensante de todas las palabras que le dijo ella.
La noche los agarró de improviso. Viendo que la leona no se movía dio por hecho de aquí descansaría, ni corto ni perezoso se echó al suelo cerrando los ojos para conciliar el sueño. Mohatu no había visto nada que implicara una amenaza para él, salieron de aquel desierto pero desde sus llegadas a nuevas tierra no habían visto ningún alma, solo pájaros surcando los cielos. Abrió sus ojos de espacio para encontrarse con la sorpresa de que Zareb no estaba.
Saltó de su sitio mirando alrededor para encontrar de la leona, pero solo vio matorrales altos, mucho más alto que él. -¿Zareb?- Caminando con la guardia en alto se movilizaba despacio, no le agradó esto, él reconoció que actualmente cualquier animal es capaz de herirlo de gravedad sino tenía a la leona de cerca. Pasó el primer matorral -¡Zareb juro que no es gracioso!- vocalizó, intentado como mínimo llamarla. Escuchó ramas quebrase detrás suyo. La carrera se puso en marcha. -¡Lo siento, Zareb! ¡En serio!- gritó mientras corría, el miedo apoderándose de su cuerpo.
En la carrera, intentó mirar hacia atrás pero solo escuchaba como unas risas maliciosas retumbaban en la retaguardia. Volviendo su cabeza hacía el frente, en su paso al costado derecho vio una sombra que a abalanzó hacía él, agarrando su cuello llevándolo al otro lado del matorral vecino. Mohatu no pudo más que sollozar.
-Kalifa no estaría orgulloso viendo como su mosi empieza a sollozar por tonterías. Ni él ni tu madre.- La voz familiar, ese tono severo, el regaño que siempre gusto de escuchar sobre todo ahora ¡Zareb! –Espero que tu descendencia sea capaz de enfrentar al peligro que derramar una lágrima, ni gemir, no sollozar. Quizás tu bisnieto logrará eso.-
Mohatu se paró de inmediatamente. Sintió un poco de dolor en su cuello donde pudo visualizar un poco en el suelo una estela diminuta de sangre. Su sangre. Vio a la leona pero se dio de cuenta que miraba hacia el este, justo donde había estado corriendo antes que de Zareb lo llevara bruscamente a los matorrales vecinos. Se unió a ella, donde se dio de cuenta lo que sea que estaba persiguiendo: hienas. Dos de ellas. Eran jóvenes por lo menos, no adultas pero tampoco unos chicos. Zareb dirigió su mirada a él, antes de agarrarlo por el cuello para salir huyendo de la zona.
-¿Mi sangre los atrae verdad?- Preguntó el león más joven –Por eso estamos huyendo, ¿verdad?- No recibió respuesta alguna, aunque sí una mirada lo suficientemente directa para decir que sus preguntas eran las correctas. Fueron diez minutos de carrera continua. Finalizada cuando la leona cansada se deja caer aún con el pequeño en la boca. Sin embargo, Mohatu no se queja.
Jadeando pesadamente, Zareb le explica –Pese a que no vimos nada en el viaje me di de cuenta de algunas que otras huellas, no eran frescas pero delataban que el lugar donde estábamos era de tránsito. No sé porque se te ocurrió tirarte al suelo cuando paramos. Lo hice porque, si préstate atención, la yerba esta alta lo suficiente para hacer emboscadas.- El león abrió los ojos, volteando a mirar a la leonas tirada en el suelo, preguntando -¿Los matorrales no proporcionaban seguridad?- Zareb con ojos cansado respondió –Los matorrales tienen muchas funciones, para la caza como técnica de emboscada, te ocultas y esperas. Para proteger, brinda distracción a tu atacante si lo utilizas a tu favor. Pero seguridad jamás, es igual o más peligroso que estar en campo abierto.- La leona se paró para sentarse, mientras que miraba estrás –Nos venían siguiendo, supongo, cuando saliste corriendo fue cuando salieron de su escondite. Eran jóvenes a sí que tan experimentadas no estaban, porque si tuvieran un par de años más actualmente no estuvieras escuchando esto.-
-¿Cuánto tiempo estuvimos separados?- Preguntó el pequeño –Digo, si nos siguieron entonces cuando paramos debieron de estar en posición de ataque, y cuando nos separamos, debieron deber atacado, ¿no?-
-Mmm. . . quizás estaban metros más lejos. Porque nuestra separación se dio apenas un minuto, cuando pasaste los matorrales fue cuando llegaron, supongo.-
-¿Pero, a dónde estabas?-
-Fui a la derecha de tu posición pero, créalo o no, no estaba lejos. Incluso escuché cuando saliste corriendo del área. Por ende fui a toda velocidad hacía ti. Pero no salí en el camino principal cuando me enteré que huías de hienas. Entonces, hice esa maniobra para dar contigo- Zareb se paró acercándose al león, miró que en su cuello había una pequeña herida la cual trató lamiendo la pequeña cortada –Fui algo brusca, te proporcionó eso. Incluso liberaste sangre la cual las hienas olieron, por eso salimos de ahí-
-¿Nos seguirán?-
-Quizás, puede que aún huelan tu olor pero estamos de suerte, mira al frente tuyo y dime, ¿qué es eso?- Mohatu obedeció, viendo donde ella señaló un conjunto de rocas que hacías un cueva, aunque pequeña –No quepo ahí pero tú sí. Las hienas tampoco pueden entrar, por lo menos te brindará refugio- El león la miró, sabiendo sin necesidad de decir palabra alguna lo que pensaba –No iré ahí estaré un poco más lejos, pero no por ello fuera de tu alcance. Tú solo ve allá y descansa mosi, que la tiene que preocuparse de tu bienestar soy yo-
Viendo como la leona se aleja poco a poco de él, camino rápidamente hacía ella –Solo te quiero decir que. . . gracias por salvarme. Lamento lo de hace horas atrás, de verdad- Zareb volteó para mirarlo pero dibujando en su cansado rostro una sonrisa fugaz que el pequeño captó. Eso era más que suficiente para decir que aceptaba su disculpa.
Mohatu, cansado de todo esto, se dirigió directo a la pequeña cueva. No era tan cómoda como lo pensó, incluso partes de la misma le picaban pero por lo menos le brindaba la protección necesaria. Y reflexionó, que quizás el título que noble que tenía no se adquiría de nacimiento sino por sus acciones. Porque actualmente, Zareb era mucho más noble que él en todo a pesar de su apático comportamiento.
En la historia, puse que Mohatu no fuera príncipe de Pridelands sino de otro reino el cual por motivos de fuerza mayor él junto con una persona cercana de su familia tuvieron que partir. De ahí ellos empiezan su nueva vida con lealtades a nuevos reinos hasta que Mohatu gobierna el que todos conocemos.
Honestamente espero más que nada poder acabarlo, quiero que la historia sea breve pero no tan corta ni tan larga, quizás unos veinte capítulos o incluso menos.
También espero poder atar todos los cabos sin dejar nada suelto, no me considero escritora ni nada por lo cual puedo cometer mucho este problema. Pero más que nada espero que les guste.
______________________________________________________________________
Capitulo I
Comienzo
Miró hacia el sur, pensó que quizás todo el trayecto que hizo no fue más que un error que cometió. Ella tenía que proteger ante todo momento a aquel cachorro ingenuo que ahora jugueteaba con su cola, pero nunca pensó que llegaría a esto. Pasó por el gran Mar del Arenal donde su estadía era tortuosa, movilizándose meramente por la noche para que el sol cegador no les quemara el pelaje; semanas sin comer, de las pocas provisiones tenían que parar a la boca del cachorro; aguantar era lo único que le tocaba. Buscas el agua como si fuese lo único que te importa en la vida, miras como aquel charco tiene que tener suficiente líquido para beber ambos.
Si caí el pequeño, de nada valió tu esfuerzo. Si caí el más grande, todo por lo que pasaste tendría un fin amargo porque sabes que él no se sostendrá sin ti, que actualmente tu vida solo gira entorno a él y a la misión que aceptaste cuando aquel te pidió ser tu acompañante hasta que tu vida ya no fuera útil. Pero algo le brotaba del fondo para que siguiera su camino que acepto aquel día donde todo era de maravilla.
-¿Sigues o te quedas?- Preguntó el joven, mirando al frente con ojos juguetones ante el nuevo entorno que los deparaba –Esto se ve mejor que la arena de allá atrás-
-¿No se supone que estabas jugando con mi cola?-
-Lo estaba, pero cuando no te inmutaste pensé que no era divertido. Lo es cuando me regañas, me persigues y me escondo. Se siente como si estuviera jugando ¿sabes? A veces creo que estoy solo. Nunca me has dicho del por qué tuvimos que huir, y el por qué fuiste tú y no los otros-
-Eres pequeño, tu cabeza no está lo suficientemente desarrollada como para acoplar las cuestiones que te tengo que explicar. Crece, cuando lo hagas me buscas, quizás y te diga. Mientras tanto, calla y sigue órdenes- Contestó severamente, agarrando al pequeño con su hocico, lo movilizaba ella mientras el otro protestaba.
-No es quiera se imprudente pero de los dos aquí, el que más rango tiene soy yo- El pequeño no se enteró que ese comentario fue lo suficientemente amargo como para molestar a su cuidadora, lo notó cuando él sintió el duro golpe del suelo -¿Por qué haces esto?-
Cuando intentó levanta la cabeza se encontró con la brusca pata de ella, quien presionó lo suficientemente fuerte como para que él no la levantará. –Mohatu, lo único que tiene más rango aquí es la Tierra. Ella te proporciona el alimento para que comas, el agua para que bebas. El cobijo viene de ella; es la que dicta si puede vivir o no. Tú solo acatas, asientes, obedeces, si quieres eso que te da. Sino, intenta pelear con ella pero nada obtendrás. Quizás la muerte, pero incluso eso es demasiado grande para alguien como tú- El pequeño aun luchando, dejó de desistir cuando escuchó eso último. –Ante los ojos de la Tierra somos iguales, incluso al de los animales. ¿De qué te sirve un título de nobleza cuando el buitre no distingue entre la carroña real a la carroña de los plebeyos. ¿Ellos dicen: “de esta carne no comeré”? Ni preguntan, porque ellos al igual que nosotros, no le preguntamos a nuestra comida el pasado que tuvieron antes de ser nuestro sustento alimenticio.- Le dejó ir. Mohatu estaba aún consternado, era cierto, él actualmente no era nadie para estas tierras ni para los animales que la habitan, no mandaba, no podía exigirle nada a nadie, ni a su cuidadora. No era rey, porque aquí no gobernada ni una mísera roca. Todo lo que antes tenía posiblemente sea polvo, porque a pesar de que no sabe con certeza que ocurría en aquellas reuniones entre su padre y vasallos, sentía un aire de preocupación de que algo les amenazaba. Y su título de noble solo le valía para decir cuando esté viejo, que él pudo ser el rey de unas tierras que actualmente no sabe su estado ni nada.
Zareb, su cuidadora, estaba a diez metros delante de él alejándose poco a poco. En la carrera la pudo alcanzar pero aún pensante de todas las palabras que le dijo ella.
La noche los agarró de improviso. Viendo que la leona no se movía dio por hecho de aquí descansaría, ni corto ni perezoso se echó al suelo cerrando los ojos para conciliar el sueño. Mohatu no había visto nada que implicara una amenaza para él, salieron de aquel desierto pero desde sus llegadas a nuevas tierra no habían visto ningún alma, solo pájaros surcando los cielos. Abrió sus ojos de espacio para encontrarse con la sorpresa de que Zareb no estaba.
Saltó de su sitio mirando alrededor para encontrar de la leona, pero solo vio matorrales altos, mucho más alto que él. -¿Zareb?- Caminando con la guardia en alto se movilizaba despacio, no le agradó esto, él reconoció que actualmente cualquier animal es capaz de herirlo de gravedad sino tenía a la leona de cerca. Pasó el primer matorral -¡Zareb juro que no es gracioso!- vocalizó, intentado como mínimo llamarla. Escuchó ramas quebrase detrás suyo. La carrera se puso en marcha. -¡Lo siento, Zareb! ¡En serio!- gritó mientras corría, el miedo apoderándose de su cuerpo.
En la carrera, intentó mirar hacia atrás pero solo escuchaba como unas risas maliciosas retumbaban en la retaguardia. Volviendo su cabeza hacía el frente, en su paso al costado derecho vio una sombra que a abalanzó hacía él, agarrando su cuello llevándolo al otro lado del matorral vecino. Mohatu no pudo más que sollozar.
-Kalifa no estaría orgulloso viendo como su mosi empieza a sollozar por tonterías. Ni él ni tu madre.- La voz familiar, ese tono severo, el regaño que siempre gusto de escuchar sobre todo ahora ¡Zareb! –Espero que tu descendencia sea capaz de enfrentar al peligro que derramar una lágrima, ni gemir, no sollozar. Quizás tu bisnieto logrará eso.-
Mohatu se paró de inmediatamente. Sintió un poco de dolor en su cuello donde pudo visualizar un poco en el suelo una estela diminuta de sangre. Su sangre. Vio a la leona pero se dio de cuenta que miraba hacia el este, justo donde había estado corriendo antes que de Zareb lo llevara bruscamente a los matorrales vecinos. Se unió a ella, donde se dio de cuenta lo que sea que estaba persiguiendo: hienas. Dos de ellas. Eran jóvenes por lo menos, no adultas pero tampoco unos chicos. Zareb dirigió su mirada a él, antes de agarrarlo por el cuello para salir huyendo de la zona.
-¿Mi sangre los atrae verdad?- Preguntó el león más joven –Por eso estamos huyendo, ¿verdad?- No recibió respuesta alguna, aunque sí una mirada lo suficientemente directa para decir que sus preguntas eran las correctas. Fueron diez minutos de carrera continua. Finalizada cuando la leona cansada se deja caer aún con el pequeño en la boca. Sin embargo, Mohatu no se queja.
Jadeando pesadamente, Zareb le explica –Pese a que no vimos nada en el viaje me di de cuenta de algunas que otras huellas, no eran frescas pero delataban que el lugar donde estábamos era de tránsito. No sé porque se te ocurrió tirarte al suelo cuando paramos. Lo hice porque, si préstate atención, la yerba esta alta lo suficiente para hacer emboscadas.- El león abrió los ojos, volteando a mirar a la leonas tirada en el suelo, preguntando -¿Los matorrales no proporcionaban seguridad?- Zareb con ojos cansado respondió –Los matorrales tienen muchas funciones, para la caza como técnica de emboscada, te ocultas y esperas. Para proteger, brinda distracción a tu atacante si lo utilizas a tu favor. Pero seguridad jamás, es igual o más peligroso que estar en campo abierto.- La leona se paró para sentarse, mientras que miraba estrás –Nos venían siguiendo, supongo, cuando saliste corriendo fue cuando salieron de su escondite. Eran jóvenes a sí que tan experimentadas no estaban, porque si tuvieran un par de años más actualmente no estuvieras escuchando esto.-
-¿Cuánto tiempo estuvimos separados?- Preguntó el pequeño –Digo, si nos siguieron entonces cuando paramos debieron de estar en posición de ataque, y cuando nos separamos, debieron deber atacado, ¿no?-
-Mmm. . . quizás estaban metros más lejos. Porque nuestra separación se dio apenas un minuto, cuando pasaste los matorrales fue cuando llegaron, supongo.-
-¿Pero, a dónde estabas?-
-Fui a la derecha de tu posición pero, créalo o no, no estaba lejos. Incluso escuché cuando saliste corriendo del área. Por ende fui a toda velocidad hacía ti. Pero no salí en el camino principal cuando me enteré que huías de hienas. Entonces, hice esa maniobra para dar contigo- Zareb se paró acercándose al león, miró que en su cuello había una pequeña herida la cual trató lamiendo la pequeña cortada –Fui algo brusca, te proporcionó eso. Incluso liberaste sangre la cual las hienas olieron, por eso salimos de ahí-
-¿Nos seguirán?-
-Quizás, puede que aún huelan tu olor pero estamos de suerte, mira al frente tuyo y dime, ¿qué es eso?- Mohatu obedeció, viendo donde ella señaló un conjunto de rocas que hacías un cueva, aunque pequeña –No quepo ahí pero tú sí. Las hienas tampoco pueden entrar, por lo menos te brindará refugio- El león la miró, sabiendo sin necesidad de decir palabra alguna lo que pensaba –No iré ahí estaré un poco más lejos, pero no por ello fuera de tu alcance. Tú solo ve allá y descansa mosi, que la tiene que preocuparse de tu bienestar soy yo-
Viendo como la leona se aleja poco a poco de él, camino rápidamente hacía ella –Solo te quiero decir que. . . gracias por salvarme. Lamento lo de hace horas atrás, de verdad- Zareb volteó para mirarlo pero dibujando en su cansado rostro una sonrisa fugaz que el pequeño captó. Eso era más que suficiente para decir que aceptaba su disculpa.
Mohatu, cansado de todo esto, se dirigió directo a la pequeña cueva. No era tan cómoda como lo pensó, incluso partes de la misma le picaban pero por lo menos le brindaba la protección necesaria. Y reflexionó, que quizás el título que noble que tenía no se adquiría de nacimiento sino por sus acciones. Porque actualmente, Zareb era mucho más noble que él en todo a pesar de su apático comportamiento.
Tía Scar- Leona Princesa
- LealtadAños acumulados en el foroRey de los LikesPor haber recibido más de 100 Me Gusta
- LIKES : 116
Mensajes : 874
Monedas Imali : 510
Puntos : 994
Re: The Lion King: Loyalty
Pues para no ser escritora cautivas con tu narración.
Me gusto cuando pusieron en su lugar a Mohatu por sentirse superior a una leona jiji.
Continua por favor
Me gusto cuando pusieron en su lugar a Mohatu por sentirse superior a una leona jiji.
Continua por favor
¡Rugidos de Afua!
Re: The Lion King: Loyalty
Me gustó mucho tu versión de la historia de Mohatu, a veces las mejores historias llegan de formas sorpresivas (Como el amors... Okno). Creando una historia con tu primo xD
Re: The Lion King: Loyalty
- Respuestas:
- Afua escribió:Pues para no ser escritora cautivas con tu narración.
Me gusto cuando pusieron en su lugar a Mohatu por sentirse superior a una leona jiji.
Continua por favor¡Rugidos de Afua!
Que va, mi narración es normal tirando a común. Para mí es raro que alguien lo tache como “cautivador”. Para mí Mohatu era un cabeza dura en su niñez, por ende, más de un jalón de orejas necesitaba el cachorro.Karlosky escribió:Me gustó mucho tu versión de la historia de Mohatu, a veces las mejores historias llegan de formas sorpresivas (Como el amors... Okno). Creando una historia con tu primo xD
Es una versión un tanto peculiar debo de confesar porque creo que soy la única que ve como posibilidad el hecho de que Mohatu para llegar hacer rey tuvo que pasar por una serie de experiencias, al grado de no ser legítimo para Pridelands, sino tras ganar la confianza de esa manada o algo similar. No creo que sea un gran historia, espero ponerla algo interesante dudo que llegue a esa categoría, eso sí, de que saliera así fue raro.
Traigo el capítulo número dos para que vean que no me he olvidado de la historia. Actualizo lento pero se actualiza.
______________________________________________________________________
La noche fue menos que tediosa. No se podía quejar, aquella cueva improvisada la dio un refugio el cual brindar protección hacía su cuerpo de cualquier peligro nocturno del exterior. Sin embargo, eso no quitaba el hecho que dicha cueva era demasiado angosta para su gusto impidiendo moverse con tranquilidad durante el sueño y estando casi inmovilizado en una posición poco acogedora. Abrió los ojos con pesadez, él sabía que si se pudiera ver en algún charco notaría una serie de sacos debajo de sus ojos signo del poco sueño que puedo conciliar.
Salió de aquel refugio buscando a su cuidadora, quien al parecer estaba ausente en ese momento. Él sabía que en estos casos no tenía que moverse de sitio. Era un cachorro, uno robusto sí, pero un cachorro al fin y al cabo. No podía meter en una pelea con algún animal medianamente grande, ni podía jugársela a un animal astuto a pesar de su corto tamaño. Él dependía más que nadie de Zareb, leona leal a su antiguo reino, quizás la mejor de su categoría. Lo cual le dejó un poco desconcertado.
Era la mejor en todo. Cazaba increíblemente, pelea con ninguna otra e incluso era capaz de medirse en un duelo dos contra uno, siendo ella la que no tuviera pareja. Era una hazaña para los ojos de toda la manada. Pero ella, ¿Por qué ella fue la que lo escoltó? Mohatu sabía que algo no estaba bien cuando su padre ordenaba diariamente a sus consejeros reuniones, reuniones que duraban horas hasta el punto de que, el que gobernaba no era él sino su madre. Esas reuniones duraron 3 semanas hasta que recibió la noticia de que tenía que dejar el reino. Todo extraño, y el silencio de Zareb lo intensificaba más.
Sus reflexiones fueron despejadas al recibir el golpe de una pequeña piedra. El león no le lo tomó bien y con prepotencia en su voz dijo: -¡Quién sea que fuera, sal y da la cara!- Miró un lado y el otro, pero no divisó nada. Una pequeña risa resonó en el campo pero él no podía indicar en qué dirección venía; pareciera que estuviera en todos lados. Gruñó audiblemente lo cual hizo estallar a carcajadas al ser que estaba molestando a Mohatu.
-Un cachorro como tú no debería de estar por estas zonas. ¡Qué valiente eres! Sin protección en las tierras de nadie- Una voz chillona le respondió. Intuitivamente sacó la conclusión que era un animal pequeña el dueño de esa voz. -¿Eres forastero o simple ignorante?- Preguntó con cierto tono vacilón en aquella voz.
Mohatu no quiso contestar, prefirió en este caso ignorar a la persona que estuviera diciendo esos comentarios. Volvió a la cueva donde antes había descansado pero al intentar entrar otro golpe lo recibiría pero con mucha más fuerza. Eso fue suficiente para que el león se quejara en voz alta ante tal golpe y no obtuvo más que otra carcajada de aquel animal anónimo. Eso fue más que suficiente para sacarlo de sus casillas, dando un salto para darse la vuelta salió corriendo sin dirección alguna, rodeando lo matorrales en círculos para encontrarlo. No vio nada, absolutamente nada y aun así escuchaba las risas de aquella voz que para sus oídos se tornaba irritante.
-Hijo, no lograrás nada así más allá de cansarte rápidamente y sucumbir por ellos. Das gracia, me has hecho la mañana, raro pues hace mucho me levantaba de malas al grado de ser capaz de arrancar una cara a zarpazos. Pero te pregunto seriamente ¿Qué haces aquí?- Volvió la voz, ahora sin algún tono de diversión audible, es más, era curiosidad lo que se podía entender.
Mohatu no estaba seguro de qué contestar, él no sabía quién era la persona que le estaba preguntando ni sus intenciones de tales preguntas. No sabía el por qué se interesó en él, tampoco que haría después de responderle. En estas situaciones le gustaría tener a Zareb guiándole, muy a pesar suyo.
Sintió como algo levantó su pata. Un matojo de pelos color grisáceo salió de un agujero el cual había estado bloqueando con su pata de él vio como un roedor tocó la superficie. Y entonces, gracias a eso se dio de cuenta que alrededor donde había estado corriendo, había diferentes huecos de tamaños variables, posiblemente conectados en sí bajo tierra por lo cual cuando habló el animal pareciera como si estuviera hablando en todos lados.
Él no sabía qué animal era este. Primera vez que hacía contacto. No era tan grande como él pero sabía que dicho animal es un adulto e inclusive, quizás hasta un anciano por el desgaste visible de su cara. Pero lo que más le llamó la atención fue aquellos “picos” en la parte trasera de su espalda llegando incluso a la cadera del animal. Estiró su pata para tocarlo que recibió una respuesta brusca –No lo toques al menos que quieras ser herido- Rápidamente contrajo su pata.
-¿Acaso los leones no tienen conciencia? Con el mero roce, es más que suficientes para que mis púas estuvieran clavadas en tu piel, y créeme, no es nada agradable- Mohatu no hizo más que tragar pues las palabras del animal le sonó más que sinceras, a pesar de su tono un poco borde.
-Lo siento señor, pero antes no había visto un ser como usted- Dichas palabras del león para aquel ser no fue más que una broma, liberando un “Jaah” de sus labios, por supuesto, no fue bien tomado por Mohatu; hasta el momento el animal no ha sido más que una tomadura de pelos para el león, irritable por su voz y hasta cierto punto desagradable por su forma de trato. Lo mínimo que quería él es que lo tratase con un poco más de dignidad y no ser el muñeco del cual burlarse.
-Oh león, glorioso animal tan temible, “rey de la selva”, gobernante entre los animales, vuelvo a preguntar ¿Qué haces en un lugar como esté, señorito?-
Mohatu vaciló antes de por fin contestar, esperanzado de que así el animal le dejase en paz de una vez por todas – Iba de paso, junto con una compañera, eso es todo.- Vio como asintió ente su respuesta para después agregar – No sé a dónde pueda estar ella, pero una vez llegue no vamos de aquí.-
Él solo obtuvo por respuesta un simple “Je” antes de que, nuevamente el animal entrase a su madriguera. Pero antes de desvanecerse en las sombras de las misma, su cabeza medio se asomó por el hueco dejando ver un poco su cara, pero fueron sus ojos que entraron en contactos con los del león, diciendo –Hagas lo que hagas, no le creas al blanco, ni al que esta tuerto, ni siquiera al can simpático. Todo, todo lo que te dicen son mentiras. Para ellos no era más que un muñeco, una ficha, al cual mover a su antojo. Vete, vete lejos y no caigas en sus influencias.- La última frase lo dijo, arrastrando todas las palabras mientras que lentamente volvía a desaparecer. Un silencio capaz de cortar cabezas se serna ante Mohatu, ni siquiera sonaba algún animal, ni las plantas se movían, ni la brisa silbaba. Todo calmo, todo tranquilo, todo mortal.
Tía Scar- Leona Princesa
- LealtadAños acumulados en el foroRey de los LikesPor haber recibido más de 100 Me Gusta
- LIKES : 116
Mensajes : 874
Monedas Imali : 510
Puntos : 994
Re: The Lion King: Loyalty
Buen avance le has dado a tu fan fiction, tengo curiosidad de saber por que tuvieron que huír y de que se trataban esas reuniones, aunque se que para eso falta mucho xD
Creo que ahora Mohatu se empieza a dar cuenta de que fuera hay muchos peligros que acechan y que no debe juzgar a ningún animal por su tamaño, el encuentro con ese puerco espín fue una buena muestra de eso. Ahora me pregunto donde se encontrará Zareb, tal parece que sin ella Mohatu es totalmente vulnerable y dudo mucho que pudiera sobrevivir solo sin la protección de ella.
Ojalá continúes pronto con tu fic, que te lleguen los aires de inspiración que me faltan a mi para continuar con mis historias xD
Creo que ahora Mohatu se empieza a dar cuenta de que fuera hay muchos peligros que acechan y que no debe juzgar a ningún animal por su tamaño, el encuentro con ese puerco espín fue una buena muestra de eso. Ahora me pregunto donde se encontrará Zareb, tal parece que sin ella Mohatu es totalmente vulnerable y dudo mucho que pudiera sobrevivir solo sin la protección de ella.
Ojalá continúes pronto con tu fic, que te lleguen los aires de inspiración que me faltan a mi para continuar con mis historias xD
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
14/05/24, 08:47 pm por Amet
» El renacimiento de una tierra (fan fic alterno del tlk)
21/09/23, 10:33 pm por leiza
» Última serie que viste.
30/08/23, 06:53 pm por Siara
» Última película que viste.
30/08/23, 06:41 pm por Siara
» Se me hizo fácil...(juego)
27/10/22, 06:58 pm por Amet
» Se me hizo difícil...(Juego)
23/10/22, 07:05 pm por Siara
» La vida no es justa ¿Verdad? [ juego]
23/10/22, 07:01 pm por Siara
» Funko Pop! de Kimba y otras figuras
13/10/22, 01:17 pm por Siara
» [Juego] Pregunta pregunton
09/10/22, 05:51 pm por Amet
» Di algo de la fima de arriba
09/10/22, 05:50 pm por Amet
» ¿Por qué tienes ese Avatar?
09/10/22, 05:49 pm por Amet
» Adivina al usuario después de ti (juego).
09/10/22, 05:17 pm por Amet
» expresate con emoticones
18/09/22, 11:01 pm por Siara