Hayao Miyazaki seguirá colaborando con Ghibli

por Invitado 04/10/14, 01:18 pm

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Hayao Miyazaki hace poco anunció su retiro del mundo del cine, aunque aseguró que seguirá colaborando con Ghibli, la productora que fundó en los años 80 y que actualmente lidera el mercado de los anime japoneses. Sin embargo, hay quien recuerda su despedida anunciada en el año 1993 y la verdad, no se cree que su retiro sea más definitivo de la última vez.

A la espera de saber si Miyazaki nos reservará otras sorpresas, hagamos un recorrido a través de algunos de sus personajes más furries.
De hecho, el mundo Furry está presente a lo largo de toda su producción, aunque no con la incidencia de otros elementos. Entre los rasgos más importantes de las obras de este autor destacan la preferencia por protagonistas niños o adolescentes y la negación de una división neta entre los personajes positivos y negativos.

Los primeros grandes Furries de Miyazaki fueron los dos pandas que comparecen en las aventuras de dos entre sus primeros cortos: Panda Kopanda (1972), y la secuela Panda Kopanda – Amefuri circus no maki (1973).
La pequeña protagonista es una huérfana, Mimiko, que durante un viaje de su abuela acoge en su casa dos pandas huidos del zoológico. En poco tiempo ellos se convierten en su familia, y ella los nombrará padre e hijo adoptivos viviendo con ellos varias aventuras.

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En 1977 se lanzó el anime para televisión en 52 episodios Rascal, inspirado en la novela autobiográfica de Sterling North. Rascal relata la historia de la difícil amistad entre un muchacho y un mapache que mal se adapta a la vida en cautividad pese a su simpatía. En Japón, el éxito de la película fue tal que se produjo una emergencia por la inesperada difusión de estos animales en el país ya que muchas personas intentaron importarlos como mascotas.

En 1984 Miyazaki fue el inventor de otro conocido personaje televisivo muy Furry: Sherlock Hound, un investigador con rasgos de perro inspirado en el personaje de Conan Doyle. Sin embargo, la serie de episodios fue suspendida debido a un problemas de derechos de autor, y cuando al fin pudo seguir adelante las productoras eligieron a otros profesionales.

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En 1988 estuvo el grandísimo éxito de Tonari no Totoro (Mi vecino Totoro), historia de dos niñas y de su amistad con el espíritu de la naturaleza Totoru, un ser fantástico cuya imagen se volvió el logo del Estudio Ghibli.

En 1992 se estrenó la primera película Furry producida por el Estudio Ghibli: Puerco Rojo, una reconstrucción histórica de los años 30 en la Italia fascista a través de la figura de un piloto; el protagonista, debido a un oscuro accidente, ha padecido una deformación del rostro que lo hace parecer un puerco. En esta historia destaca la pasión de Miyazaki por los aviones de combate, que se encuentra también en su ultimo trabajo, Kaze Tachinu (Se levanta el viento).

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En 2008 salió Gache no ue no Ponyo (Ponyo on the Cliff), poética historia de amor entre un niño humano y la pequeña Ponyo, ser imaginario perteneciente al mundo de las aguas marinas. Ponyo, pese a su aspecto humano, representa la fuerza de la naturaleza submarina, que solamente su amor desinteresado y sincero puede dominar.

Más allá de estos personajes, en los trabajos de Miayazaki destaca una grandísima preocupación por los equilibrios naturales: un aspecto que sin duda lo acerca mucho a la sensibilidad Furry.